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Un toque legal sobre las sirenas antiaéreas y PCRs «falsas» en el partido de #EuroCupWomen entre Cukurova y Lointek Gernika

derecho deportivo diaz mari

Una opinión que necesito soltar antes de nada es que uno de los hechos (notorios) es que la prensa deportiva -como puede ser MARCA- ha cubierto la noticia que a continuación se comentará. El baloncesto en su categoría femenina se lo merece, más que nada porque como vengo insistiendo, es el deporte federado más practicado por mujeres en España. Insisto, lo es, por goleada (😉) y eso que ha disminuido el número de licencias en estos tiempos pandémicos. Aquí lo dejo:

Ya quito el disco rayado. Prometo que a lo largo de este artículo no lo repito.

La descripción gráfica de parte de los hechos, se encuentran en el tuit que copio a continuación, no obstante, si quieres ver el partido al completo, puedes clicar en este enlace.

Los otros hechos, a mi entender, son más graves a pesar de ser más silenciosos. Y es que, el equipo vasco viajó a Turquía para enfrentarse al Ç.B.K Mersin (Cukurova Basket) en la ronda de «Play offs Round 1». (Si tienes más curiosidad, puedes conocer aquí el sistema de competición de la #EuroCupWomen 21/22). Sobre el sistema, nada que decir.

El problema surge en la negligente aplicación del “protocolo” Covid, así como de las bases de competición y la reglamentación de FIBA. Parece que no es de agrado para el conjunto turco ya que supuestamente desobedecen -entre otras cosas- lo siguiente: «No official national anthems will be played at the games» (O lo que es lo mismo, no se interpretarán himnos nacionales oficiales en los partidos).

¿Si los aficionados asistentes al partido generan incidentes, el club local adquiere una posición de responsabilidad?

Por su parte, el FIBA Venue Rules ó Reglamento para Pabellón FIBA (en vigor a partir del 1 de abril de 2018) señala que está prohibido introducir en el pabellón determinados objetos. El organizador, FIBA y el personal autorizado podrán impedirlo. En particular, a lo que aquí nos atañe, está prohibido el uso de «Objetos que produzcan ruido, como cuernos de caza, bocinas de aire, cláxones, vuvuzelas y silbatos». (Artículo 3.1.d).

El problema es que en estas reglas se responsabiliza al aficionado, no al club. Ahora bien, si el público casi en su integridad o incluso los altavoces del pabellón formulaban el ruido prohibido, ¿Se podría trasladar la responsabilidad al Club organizador que permitió la entrada de los objetos prohibidos haciendo caso omiso a las reglas de FIBA?

Dejando esto al margen, es preciso comentar la situación poco decorosa relacionada con el maldito virus. En este punto vale la pena mostrar por un lado el resumen generado por la Revista Gigantes, y, por otro, la literalidad de las palabras de Paula Ginzo, jugadora del Gernika.

Así, «según han confirmado fuentes del club a Gigantes, Belén Arrojo era una de las jugadoras que salieron positivo por Covid-19 en el reciente brote sufrido por Lointek Gernika en su equipo. Tras la cuarentena y seguir todo el protocolo, la jugadora dio negativo en las pruebas PCR y de antígenos realizadas para el regreso a la actividad en Gernika. Antes del viaje a Turquía, informaron al club de que en la ciudad turca de Adana les realizarían otra PCR a todas las integrantes del equipo.

Ante esta decisión, Gernika decidió hacerse otra PCR a su llegada a Estambul, dando los resultados un 100% de negatividad entre las jugadoras y staff. Sin embargo, la sorpresa ha llegado cuando en la PCR de Adana, realizada apenas tres horas después, Belén Arrojo ha dado positivo. Ante esta circunstancia, el club ha decidido hacerle otra PCR en el hospital, en la que el resultado (comunicado por el club dos horas después del término del partido) ha sido de nuevo negativo».

Paula Ginzo, por su parte declaraba:

«El día anterior a viajar ya nos tuvimos que reunir con nuestro presidente y demás porque se habían sacado un protocolo de la manga y teníamos que hacer PCR al llegar y que de lo contrario nos multaban con 25.000 € y no volver a la competición. Esto lo marcaba la federación turca porque quiso y luego FIBA decidió darles el sí a algo que no estaba en protocolos ni nada. Nosotras propusimos que si estaban preocupados porque fuésemos positivas en el país y pudiésemos contagiar, llevaríamos las PCRs hechos de Bilbao. Si alguien es positivo no habría viajado, obviamente por la seguridad de todo el mundo. Nos dijeron que de ninguna manera y pedimos que nos lo hiciesen en Estambul, en el propio aeropuerto. Se negaron y solo querían hacerla en Dana que era el siguiente vuelo donde nos esperaba gente del club en una furgoneta con un enfermero».

«Allí llegó un enfermero que podía no ser enfermero porque solo hablaba con la gente de su club y no entendía inglés y con los botes ya con los nombres puestos. No estaban precintados y podía haber cualquier cosa. Nos hicieron las PCRs, nos mandaron a un hotel a 2 horas de donde estábamos. Nosotras nos habíamos hecho el PCR en Estambul porque, aunque no somos personas desconfiadas, todo aquello nos empezaba a oler raro. Pagamos para que nos hiciesen las pruebas y todas salimos negativas por lo que íbamos tranquilas».

«A pesar de ese negativo y de los antígenos que nos habíamos hecho en casa y que también habían salido todos negativos al día siguiente, qué casualidad, que una de las jugadoras es positiva, Belén Arrojo. En el momento que sale positivo vamos al hospital y le hacen otro PCR que es negativo y tardó 10 horas en darnos los resultados. No pudo jugar, la tuvieron en cuarentena en el hotel y luego resultó que era negativo. Qué casualidad. Y encima le decían que tenía que hacerse otro para poder volver con nosotras»

«Nos lo dijeron 2 horas antes y que no podía jugar de ninguna manera. Que en todo caso, si salía negativo, se cogería un taxi para llegar al encuentro. ¿Qué forma es esta de hacer las cosas? Llegamos al pabellón sin Belén y sin esperanzas de que viniese, veíamos que teníamos las manos atadas. Luego llegamos al partido y madre mía, no he visto una emboscada así en mi vida».

«La gente se nos tiraba encima, casi nos daban con las trompetas que habían repartido (Cabe recordar que las normas FIBA prohíben estos objetos en los pabellones de sus competiciones) en la cabeza, ponían sirenas antiaéreas que nos teníamos que agarrar la cabeza de lo fuerte que sonaba, nos pusieron 7 altavoces al lado del banquillo para que no pudiésemos escuchar nada, el himno turco, (También prohibido en las normas FIBA) el spekaer contando la posesión que nos restaba… Tirábamos tiros libres con las sirenas que nos mareaban. De los árbitros prefiero no hablar, quiero ser políticamente correcta».

«Las turcas se metieron muy rápido en el partido porque en 5 minutos nos habían pitado 3 faltas a cada pívot y a nuestra jugadora exterior que más puntos metió en la ida. ¿Nos metíamos un poco en el partido? Técnica. No hay por donde cogerlo. Cualquier persona que vea el partido y nada más empezar ya sabíamos que teníamos poco que hacer y solo queríamos salir de allí para volver a casa»

«Queremos llegar a casa, queremos estar en Euskadi y olvidarnos de esto. No estar clasificadas ahora mismo es el menor de nuestros problemas, que ya es decir. Nosotras solo queríamos ganar y ahora mismo lo único que queremos es que Belén y Mario estén de vuelta. Olvidarnos de esto y centrarnos en la liga. Nunca había vivido algo así. La gente habla del CAI Zaragoza del 91… pero quedaban 7 años para que yo naciese. 30 años más tarde deberían cambiar un poco las cosas».

Hay que partir de la base de que, efectivamente, se puede y se deben aplicar las reglas sanitarias locales sobre COVID -en este caso, las turcas en consonancia con las normas FIBA-, pero ello -lógicamente- no implica «manipular» los resultados de los test PCR.

Y, aunque el COVID no sea -por el momento, si no me equivoco- parte del Código de la Agencia Mundial Antidopaje ni de sus estándares internacionales, sí se debe tener en cuenta a la hora de realizar la toma de muestras por motivos obvios, por eso, me parece interesante extraer el concepto de manipulación de muestras para luego asimilarlo a la situación turca.

Así, por ejemplo, el artículo que regula la manipulación, «prohibiría alterar los números de identificación en un formulario de control dopaje durante la toma de Muestra, romper la botella B en el momento del análisis de la Muestra «B», alterar una Muestra mediante la adición de una sustancia extraña, o intimidar, o intentar intimidar a un testigo potencial, o un testigo que ha proporcionado testimonio o información en el proceso de Control de Dopaje. La manipulación incluye la mala conducta que ocurre durante la Gestión de Resultados y el proceso de audiencia».

¿Estos comentarios no recuerdan de alguna forma a la mala gestión en la toma de muestras realizadas por el «enfermero proporcionado por el equipo local turco»? En este hilo de Twitter (@Kevin Huber) se explica el proceso de la toma de muestras previo al partido dichoso.

Diría que el Convenio Consejo de Europa sobre Manipulación de Competiciones Deportivas también tiene algo que decir al respecto, tanto en la definición de manipulación como en las consecuencias penales que se podrían derivar de tales conductas. En él se define manipulación de competiciones deportivas, como «un acuerdo, una acción o una omisión de carácter intencional cuya finalidad sea alterar ilegalmente el resultado o el curso de una competición deportiva a fin de eliminar, total o parcialmente, el carácter imprevisible de dicha competición con objeto de obtener una ventaja indebida para sí o para otros».

En cualquier caso, el Panel de Ética podría tener algo que decir y es que el Código de Ética y de Integridad dispuesto en el Libro 1 de la regulación de FIBA podría ser aplicable.

Por cierto, el departamento de comunicación del club turco, si es que es tiene departamento, siguió en la línea de la falta de profesionalidad de los acontecimientos. Subió un video a Instagram dando los buenos días al Gernika al día siguiente del cuestionable encuentro. No sé por qué, pero me pregunto qué es eso del respeto.

Volviendo al Código Ético, FIBA señala que se encuentra entre sus misiones la de presentar al mundo el baloncesto como un juego enérgico, sano y atlético, libre de violencia y de cualquier tipo de práctica no ética[1].

Uno de los requerimientos de FIBA en su Código Ético es que cualquier parte debe «Adoptar la honestidad, la integridad y la respetabilidad como elementos centrales de todas las actividades del baloncesto y nunca proporcionar a sabiendas información falsa a otros».

Además, en el mismo Código Ético se determina que no se no presentarán documentos con información fraudulenta, falsificada o información a FIBA o a una Federación Nacional Miembro por cualquier razón.

En suma, entre los requerimientos de una buena administración por parte de las partes baloncestísticas, se debe garantizar que se evite escrupulosamente el engaño, la práctica no ética o cualquier otro comportamiento que sea o pueda interpretarse como deshonroso o perjudicial para el deporte del baloncesto.

Hasta ahora, ¿Los comportamientos del club turco podrían encuadrarse como incumplimientos del Código Ético?

Si acudimos al apartado del Código Ético sobre apuestas y manipulación de competiciones, se observa que la conducta del club podría considerarse dentro del punto a) de la definición de manipulación de resultados, ¿No? (Dice, tras traducirlo del inglés que manipular los resultados es: Amañar o conspirar de cualquier manera o influir indebidamente de otra forma o ser parte de o ser parte para arreglar o artificiar de cualquier manera o influir indebidamente en el resultado, el progreso, el resultado, la conducta o cualquier otro aspecto de una competición).

Manipular los resultados de un test para que una de las mejores jugadoras del equipo visitante no participe, ¿No es sinónimo de conspirar e influir en el resultado del partido?

Incumplir el Código Ético genera la aplicación del régimen disciplinario y en su caso de las sanciones previstas para ello. Veremos si Gernika finalmente informa de lo sucedido a FIBA y si hay consecuencias disciplinarias y/o éticas para el club turco.

Pensando en los efectos que genera la manipulación de la PCR, ¿El derecho a la ocupación efectiva de la jugadora no se vería afectado ya que se están falsificando unos resultados que impiden su participación en la competición para la que está contratada?

Otro de los efectos que me he planteado es la infracción a las reglas de Derecho de la Competencia de la Unión Europea. ¿En qué sentido? La federación nacional turca junto con el club de baloncesto turco Cukurova, ¿Podrían estar abusando de su posición de dominio en el mercado de baloncesto turco no facilitando la entrada a otras entidades? Me refiero a que podría ser una conducta generadora de un abuso de su posición dominante en su territorio baloncestístico turco al haber acordado entre ambos un protocolo con medidas incongruentes y fuera de la legalidad que benefician sobremanera a los que lo proponen. A lo que se añade el acuerdo para imponer una multa al club visitante desproporcionada de 25.000 euros y fuera de lo establecido en los protocolos aplicables previstos y conocidos por los participantes en la #EuroCupWomen ¿No es razonable pensar este efecto?

Sea como fuere, FIBA debiera imponer su criterio y decantarse para que este tipo de conductas contrarias al «fair play» no se cometan nuevamente por el mismo club o por cualquier otro. No obstante, como siempre en Derecho, hay otras vías que pueden estudiarse si la federativa no es favorable.

Concluyendo y al margen de los efectos jurídicos que puedan derivarse (A saber, éticos, disciplinarios, civiles, mercantiles, penales, e incluso laborales si nos ponemos quisquillosos, …), lo que sí que queda claro, o al menos a mi entender, es que en esta situación no parece darse ese «fair play» del que debe presumir una competición oficial de máximo nivel FIBA. Más que nada, los valores del baloncesto quedan en entredicho. ¿Tú qué opinas de todo esto?

Muchas gracias por la lectura,

Montse

#DerechodelBaloncesto #baloncestofemenino #EuroCupWomen #FIBA #club #protocoloCovid #LointekGernika #Curkurova #DerechodelaCompetencia #manipulaciónderesultados #…


[1] This Code of Ethics and Integrity therefore obliges Basketball Parties to ensure that basketball worldwide is both administered and played within a framework of ethical, honest, fair, transparent, democratic, credible, dignified, and professional behaviour, and in the spirit of fair play and integrity. Basketball Parties must each be accountable for their own actions and respect the sanctity and obligations of their allegiance to FIBA (116. Book 1 – General Provisions).

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